Monday, June 08, 2009

From the grave...

¿Estoy vivo? ¿Es esto el Paraíso? Ah, no, veo allí unas mechas... Debe ser el infierno.

Wednesday, August 31, 2005

Fundido en negro: esperanza cero

La verdad es que la vida aquí, en el Más Allá, es narcótica. Te dejas llevar, te dejas llevar, te dejas llevar… y, cuando acuerdas, estás en el séptimo cielo. En mi caso, el séptimo cielo y el séptimo círculo del báratro se dan la mano. Ya sabéis: “los que entráis aquí, abandonad toda esperanza”. Pues eso. Yo ya la he abandonado. Esperanza cero.

Y eso es todo, amiguitos.

Comunicado de la familia de Baby Killer:

La madre

Mis hijos me han dado muy mala vida. El mayor me dejó las piernas para el arrastre. Hasta que le tuve, podía haber sido corista. Después de nueve meses de embarazo, mis piernas eran como un mapa pluvial de la cordillera cantábrica. Desde entonces, he odiado la maternidad. Mi hija… En fin, ¿qué puedo deciros de mi hija? Siempre me ha parecido una guarra y una degenerada. Y al final ha resultado que eso es exactamente lo que era. Respecto a mi hijo pequeño, la verdad es que nunca confié en que iba a ser el consuelo de mi vejez. Ya desde que era un bebé miraba mis pechos con una expresión de lo más torva. “Es una mala puta”, solía decir su hermana. Yo, claro, lo achacaba a los típicos celos, al síndrome del príncipe destronado y todo eso. Pues no. La niña llevaba razón: era una puta, con el agravante de que al menos las putas cobran. Y eso sí que no. Yo no he educado a mis hijos para que vayan por ahí haciendo obras de caridad, ni siquiera con su padre; especialmente con su padre, quiero decir. En fin… Una cosa tengo clarísima: y es que, por fin, voy a poder hacerme las caderas. ¡Qué gusto!

El padre

A mí, qué quieren que les diga, nunca me gustó demasiado todo esto. Yo nunca he sido lo que se dice un esclavo sexual. Al contrario, para mí todo eso de la cama siempre ha sido un asunto muy, pero que muy secundario. Pero cuando llegas a viejo… No sé, con algo hay que entretenerse. ¿Qué voy a hacer ahora? He pensado que a lo mejor con la papiroflexia…

El hermano

No pienso volver a compartir dormitorio nunca más. ¿Mi hermano? Supongo que tenía sus motivos. Como todos, ¿no? ¿No tendrás cinco euros, por casualidad?

La hermana

Qué pejiguera con mi hermano. ¿Es que no le interesa saber cómo he llegado a dominar el don de la bilocación? Usted sabrá…

La tía

Siempre he pensado que ese niño era tonto de remate. Entre otras cosas, nunca he comprendido por qué se empeñaba en llamarme Zita-pa’rriba, Zita-pa’bajo cuando me llamo Remigia. Muchas novelas es lo que tenía ese niño en la cabeza… Aunque, claro, la culpa es de los padres, que no lo supieron frenar a tiempo. No hay nada que un buen director espiritual no pueda arreglar. Que se lo digan a la duquesa de Alba, que se casó con el de su hijo…

Tuesday, August 30, 2005

Dios no vale nada

Dios me habló el ayer. Y me dijo: “Apostata del género humano”. Y lo hice. Es tan fácil como colocarte una funda de almohada en la cabeza y aguantar la respiración. La verdad es que entre un cadáver y una persona, Dios prefiere los cadáveres. Y yo, claro, si me lo dice Él, uno y trino, por megafonía, pues claro, no puedo negarme. Dicho y hecho.

Os diré que el Paraíso no es ninguna ganga. Aquí todo el mundo me parece un poco…, no sé, insustancial. El caso es que aquí estamos, a la derecha del Padre. Y ya sabéis, yo no puedo entender las relaciones paterno-filiales sin sexo. Así que…

–Aquí me tienes, Padre. Yo me ofrezco.

Y Dios tomó lo que era suyo. Y os diré una cosa: no es nada del otro mundo. Crearía el universo en siete días, pero en la cama… En la cama, creedme, Dios no vale nada.

Wednesday, August 24, 2005

Cultura drag (perdón por el oxímoron)

Angus Wilson nació el mismo día que Arlene Dahl, ¿lo sabías?

La Pólipo, una amiga de La Retorno, ha levantado la cabeza de la mesa (para ella, empolvarse la nariz es algo más literal que recurrir a la terracota de Guerlain; para ella, empolvarse la nariz no es un gesto sino un hábito, adquirido después de muchos años y, sobre todo, de mucho, muchísimo empeño) y, entornando los párpados pintados de azul Yves Klein (o Yves Rocher), ha replicado:

–Pues no. De hecho, ni siquiera sé de qué me hablas. ¿Quién es Angus Wilson? ¿Quién es Arlene Dahl? ¿Te los has tirado?

La Retorno ha fruncido el cejo hasta convertirlo en una túnica Fortuny.

–¿En tu caso el analfabetismo es auténtico o es sólo una pose?

Los ojos azul ceniza han relampagueado bajo los párpados azul Yves Klein.

–Soy una drag, ¿tú qué crees?

–Analfabeta integral.

–Ahí mas’dao.

Wednesday, August 17, 2005

El amor

–Primero vendrá el fuego. Después, las pavesas. El mundo se convertirá en un Infierno. No habrá salvación. Esta vez no habrá arca, ni éxodo, ni tablas de la ley, ni arca de la alianza. Sólo polvo y cenizas.

–¿Hablas del fin del mundo?

Mi tía Zita ha arrugado la cara hasta transformarla en el culo de un mandril.

–Noooooo, en realidad hablaba del matrimonio.

–¿Gay?

–No. El mío.

Thursday, August 11, 2005

Real como la vida misma: últimas palabras de mi prima Rebeca

–¿Tiene usted fuego?

Y murió carbonizada.

Wednesday, August 10, 2005

Una conversación telefónica

La voz de mi tía Zita es como una trompeta en sordina. Zzzzzz.

–…Acabo de hablar con Dios y lo que nos espera deja a lo que pasó en Sodoma a la altura del betún de Judea. Lo último que podía imaginarme era que mi sobrino era el Anticristo, pero ahí lo tienes, apocalíptico perdido. Yo, la verdad, cuando nací ya le noté algo raro, pero creí que se trataba de un cromosoma –el de Mendel– o algo parecido. Pero no. Era la marca de Caín. Natural. Si iba a acabar con el mundo…

La verdad es que, lo que es por mí, el mundo se puede acabar de la noche a la mañana. Me importa un comino. Me da un poco de pena por mi hija –con la que me hablo; a la otra, que la parta un rayo–, pero la verdad es que últimamente mi hija y yo… ya no era como antes, no había esa comunicación, esas confidencias, esos… En fin, desde que empezó a vestirse con camisas a cuadros de franela, incluso en verano, y a cortarse el pelo y a no maquillarse, ni a depilarse, ni a nada… Vamos, yo creo que ella se puede ir directamente al infierno. Con sus amigas, las campurrianas.

En fin, el caso es que mi sobrino ya me ha contado sus planes y… ¿Quién soy yo para oponerme al Divino Designio? Si el mundo se va a acabar, lo menos que puedo hacer es prepararme. Ya he empezado a tomar clases de esperanto, porque allá, o sea, Más Allá, vamos a necesitar entendernos de alguna manera. ¿O no? Además, he pedido hora en la peluquería para el mismo día D (de destrucción), porque si va a haber un Juicio Final quiero que me pille bien peinada. Porque no va a presentarse una ante su Hacedor y José María Aznar hecha un mamarracho. Antes muerta que con malos pelos.

¿Mi familia? Pues muy tranquila, mujer, ¿cómo va a estar? Al fin y al cabo, los pobres siempre han sido una familia de lo más desestructurada y, para mí, que el Armaggedon les va a venir que ni pintado para estrechar un poco los lazos o la soga, que para el caso –y lo que se cuece en esta casa– es lo mismo.

¿Mi sobrina? Lo último que supimos de ella es que estaba implicada en una red de trata de blancas o tráfico de uñas o contrabando de rímmel o algo parecido. Lo malo no es eso. Para nada. Ni que esa una puta. No. Lo peor es que se biloca, como Santa Rosa de Lima, y yo en cambio, con todo lo que rezo, a lo más que he llegado es a… ¡¿Envidiosa?! ¿Yo, que no conozco lo que es la rivalidad, los celos, la inquina, el rencor, la mala follá? Envidiosa, perdona, Totora, guapa, estará tu madre. Ay, perdona, que tu madre está muerta. Entonces será el pendón de tu hija. (Y ha colgado el teléfono con grandes alharacas y clinc-clinc, clanc-clanc de su pulsera abalorios y castañas de Indias). ¿Habráse visto? Ay, bonito, ¿estabas ahí? Qué ricura de niño…